
Generalmente el insulto es una práctica social desaprobada y rechazada.
Con frecuencia el insulto se refiere a la sexualidad, a los progenitores, apariencia, discapacidades físicas o a las capacidades mentales de la persona a quien se dirige el insulto, en resumen cualquier cosa que pueda ofender o molestar al que va dirigido.

Nadie que yo sepa puede hacer oídos sordos a un insulto, he ahí uno de los orígenes de la violencia verbal..
“Que se hable no quiere decir que pueda decirse todo, y menos que pueda decirse toda la verdad”, es allí donde el insulto y el insultador falsean, y al hacerlo suman seguidores y detractores. “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.
El insulto celebrado por el insultador, puede convertirse en su incisión, pues el insulto es la posada que alberga la cólera. “En verdad cada insultador, cuando insulta, es el insultador de sí mismo”.
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