lunes, 7 de febrero de 2011

Metrosexual

Ser un metrosexual es un estilo de vida estrechamente ligado a la moda y al consumo. De acuerdo a quienes han escrito sobre ello, el metrosexual es un joven citadino que cuida su figura al acudir al gimnasio y spa, frecuenta al estilista para arreglar cabello, barba, bigote y uñas, utiliza cosméticos y accesorios para caballero, y no escatima al gastar en ropa y calzado. La apariencia no es muy importante para el metrosexual, lo es todo.
No obstante, el metrosexual es un hombre heterosexual, es decir, se siente atraído por las mujeres, y no tiene duda de ello. Tal vez la incertidumbre surja en los machos de la vieja usanza, pues ven con sorpresa que el varón del siglo XXI cocina, arregla el jardín, hace labores domésticas, atiende a sus hijos, llora en público, reconoce su miedos, expresa emociones y tiene conciencia ecológica, sin dejar de frecuentar a los amigos en un bar para beber cerveza o para practicar algún deporte.



Son "metro" porque en general están concentrados en las grandes ciudades, y "sexuales" porque se caracterizan por vivir armoniosamente y sin complejos su lado femenino, pero no son afeminados de ninguna manera; incluso, los metrosexuales no se sienten amenazados en presencia de homosexuales y no les incomoda que la gente crea que lo son; es más, el hecho de que otros hombres cuestionen su sexualidad es parte de un juego que les gusta.
Resulta interesante señalar que la palabra fue acuñada hace una década por el escritor británico Mark Simpson al analizar los efectos del consumismo en la identidad masculina. El nuevo tipo de hombre, que él define como "alguien menos seguro de su identidad y mucho más interesado en su imagen, es víctima fácil de la publicidad". En Estados Unidos se estima que entre 30% y 35% de los hombres de entre 25 y 45 años de edad tienen tendencias metrosexuales, de acuerdo a la revista The Economist.

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